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martes, setiembre 25, 2012

Extranjeros ricos, ¿go home?

por Guillermo Sicardi *
columna de Empresas & Negocios 
Semanario Búsqueda | Edición 1680 - jueves 20 de setiembre de 2012
 
La Secretaria General del Partido Colorado, diputada Martha Montaner, declaró en la pasada edición de Búsqueda (13/9/2012, pág. 10), que está preocupada por la “extranjerización” de la tierra que “expulsa” a los propietarios locales y por eso defiende el Impuesto a la Concentración de Inmuebles Rurales (ICIR). Dice que ve “todos los días el drama de la gente, de los trabajadores rurales queentregan sus tierras a las mega inversiones, a las grandes concentraciones, a la extranjerización. Y quedan con las manos vacías. Porque ya no tienen qué trabajar” (los subrayados son míos).
 
Todo esto es muy extraño. Parece estar diciendo que los inversionistas extranjeros (que además son despectivamente ricos), le roban la tierra a los “pobres” uruguayos, quienes quedan “con las manos vacías”. Algo así como “la mano negra” que le quitaba la mamadera a “Raquelita”, en aquel inefable comercial que defendía “lo uruguayo” frente a lo importado.
 
Con estas declaraciones se fortalece la falsa imagen de empresario sátrapa que la izquierda construyó durante años, ya que la gente va a entender que no hubo acuerdos libres y voluntarios entre vendedores y compradores, sino una suerte de violenta colonización como hace 500 años.
 
Lo que no se dice, es que estos “pobres paisanos” vendieron sus tierras a precios que nunca soñaron en sus vidas. En el 2002 el precio promedio de la hectárea para uso agropecuario era de U$S 385 y hoy está en U$S 3.300, diez veces más caro. ¿Esto es quedarse con las manos vacías? ¿Acaso algún comerciante, algún industrial, algún profesional, algún inventor, algún científico, algún profesor universitario, vio multiplicar su patrimonio por diez en este período?
 
Ningún “extranjero rico” le puso un arma en la cabeza al “paisano” para obligarlo a vender. Lo que sí le puso fue un gran fajo de “patacones” que de muy buena gana nuestro paisano se los guardó en el bolsillo. Y si “ya no tienen qué trabajar”, será porque no supieron cómo sacar mejor provecho de su inversión o no supieron qué hacer con su dinero, tal como nos ha sucedido a tantos de nosotros. Nadie los engañó. Nadie se aprovechó de ellos. Algunos podrán decir que los gauchos son brutos, pero nadie dirá que son tontos.
 
Esta absurda y caricaturesca imagen de empresarios “ricos, extranjeros y abusadores” que utiliza quien ocupa el principal cargo en la cúpula del Partido Colorado, no ayuda en nada a entender cómo opera una sociedad capitalista, donde la mayoría de los ricos lo son por sus talentos, no por sus acomodos con el gobierno; donde ser rico y sano es mucho mejor que ser pobre y enfermo; y donde la riqueza no está en la tierra, en el petróleo o en el oro, sino en las mentes, que se cultivan no con abono, sino con educación.
 
Por suerte Uruguay fue un país liberal durante el siglo XIX, donde no había ICIR, ni IRPF, ni MIDES, ni Ancap, ni OSE, ni UTE, ni Antel y eso fue lo que motivó al abuelo de don José Batlle y Ordoñez y a tantos otros, a aventurarse hacia estas tierras para “hacerse la América”. De no ser así, el propio don Pepe hubiera nacido en Sitges y seguramente nada de esto lo hubiera motivado a venir por estas latitudes.
 
Muchas personas parecen estar más preocupadas por controlar la cantidad de tierra donde pastan y defecan las vacas, cuando la clave está en la cadena comercial, en la trazabilidad, en la logística, en la genética y en el management.
 
Todo esto es lo que trajeron los “extranjeros ricos” de El Tejar, de New Zealand Farming, de Bulgheroni, de Botnia o Katöen Natie; empresarios que con su ingenio, visión de futuro y persistencia, ayudan a que nuestras materias primas y mano de obra se vendan a mejores precios al mundo entero.
¡Sean bienvenidos, honestos empresarios extranjeros! Y si son ricos, mejor.
 
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* Guillermo Sicardi es Abogado, Máster en Administración de Empresas, Director del Instituto de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la Universidad de la Empresa y Socio de Resultoría en Solution Alliance (www.resultoria.com) 

lunes, setiembre 17, 2012

Universidad sin paredes

por Guillermo Sicardi *
publicado en Semanario Búsqueda  el 13/09/2012


El acceso a la educación terciaria ha sido siempre un privilegio de los Montevideanos, ya que a las personas que viven en el interior se les hace mucho más difícil y costoso financiar sus estudios en la capital. Ya en 1911 don José Batlle y Ordóñez estaba preocupado por los costos extras que generaba la centralización y el 4 de mayo de ese año, envío un mensaje al Parlamento proponiendo la creación de los liceos departamentales diciendo:
“Los padres que desean proporcionársela a sus hijos, además del sacrificio pecuniario, tienen que imponerse otro mucho mayor: separarse de ellos enviándolos a Montevideo. [...]Así, para los no ricos, la educación de sus hijos es muy difícil y priva a éstos de la vida del hogar; la educación de las mujeres casi imposible. Para los pobres, ambas cosas son igualmente irrealizables”.

“Pero aun en los casos en que no existen dificultades de orden privado para acudir a los centros educativos de Montevideo, existe todavía un grave inconveniente en esa centralización de la enseñanza. Los estudiantes se desvinculan de sus pueblos de origen. Una vez formados se resisten con bastante generalidad a volver a sociedades que han dejado de armonizar con sus actuales condiciones mentales, y sólo por excepción se sienten atraídos por sus antiguas residencias.”

Hoy en día circulan propuestas de crear más Universidades en el interior, para lo cual se reclaman importantes sumas de dinero para construir los edificios y más dinero aún para pagar docentes y gastos de funcionamiento. Pero el gran problema no es el edilicio, sino el contar con docentes de buena calidad que vivan cerca de la Universidad, porque por los honorarios que paga la docencia (tanto pública como privada), no compensan el esfuerzo y los costos para dictar pocas horas de clases y volverse a la capital.

Hoy las Universidades no se construyen con ladrillos, sino con tecnología. Son las plataformas educativas on line las que permiten el acceso irrestricto y a bajísimo costo, a miles de estudiantes de cualquier condición social y ubicados en cualquier lugar del globo terráqueo, no sólo dentro de nuestro paisito.

La Universidad de Stanford (entre las cinco mejores del mundo) creó Venture Lab (http://venture-lab.org/), una plataforma que permite a cualquier persona estudiar gratis con su selecto plantel de profesores. La Universidad Europea de Madrid (http://www.uem.es/), con 16.000 estudiantes, acaba de anunciar que sube al cloud computing de Microsoft sus laboratorios virtuales “de una manera flexible y con la posibilidad de conexión en cualquier sitio, en cualquier momento y desde cualquier dispositivo. De este modo, además de aumentar los servicios ofrecidos a los estudiantes, se mejora la eficiencia al reducir las necesidades de espacios y el coste de máquinas distribuidas”. 

El mundo viaja en el sentido de la tecnología, de la desmonopolización del acceso a internet, de las plataformas interactivas para brindar servicios de todo tipo y Uruguay parece empeñarse en el camino conservador de antaño.
La “Universidad sin paredes” es un concepto mucho más amplio que el de los límites físicos de una construcción; es entender que somos –cada vez más- ciudadanos del mundo; que el conocimiento se crea en multilugares y en multiniveles; que el monopolio de la educación terciaria que detentó la Udelar por un siglo fue un gran absurdo; y que es otro gran error creer que seguiremos viviendo bajo un oligopolio universitario vernáculo, cuando ya hoy, en el momento en que Usted esté leyendo esta nota, yo estaré tomando mis clases en Stanford, a 10.500 kilómetros de mi hogar, sin pagar un centavo y sin fronteras.

* Guillermo Sicardi es Abogado, Máster en Administración de Empresas, Director del Instituto de Innovación y Desarrollo Emprendedor de la Universidad de la Empresa y Socio de Resultoría en Solution Alliance (www.resultoria.com)