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sábado, mayo 24, 2008

"Estos son mis principios. Si no le gustan, tengo otros"

Nuevamente el Frente Amplio y el Ministro Astori, recurren a las enseñanzas de Groucho Marx para darle un toque tragicómico a este desgobierno. Con las enseñanzas del otro Marx (Karl), le dan un toque de absoluta tragedia.

Veamos que defendía Astori hace pocos años en el Senado, y no dejen de leer su crítica al Neoliberalismo en un librito de Ediciones del Siglo XXI que tiene todo el desperdicio por su inutilidad, pero ningún desperdicio para entender el verdadero pensamiento de quienes nos gobiernan y lo ocultan a diario tal como el lobo cuando se cubre con la piel del cordero.

SENADOR ASTORI: '...Por estas razones, señor Presidente, no vamos a votar en general este proyecto de ley, sin perjuicio de que acompañaremos varias de sus medidas específicas, algo así como el 40% en términos de artículos. Quiero aclarar que nos gustaría proponer algunas modificaciones, como, por ejemplo, a las franjas que se han tomado en cuenta para el Impuesto a las Retribuciones Personales, tanto de activos como de pasivos, que por lo dicho anteriormente, nos parecen muy injustas, dando una señal de que el país, más temprano que tarde, debe tener un impuesto a la renta de las personas físicas, para terminar de una vez por todas de ser el curioso caso de un país que sólo cobra impuestos a la renta a sus asalariados y a sus pasivos, mientras no se le ocurre cobrárselo a los demás.
Quisiera que el Uruguay dejara de integrar esa categoría, en la que no sé si habrá otros países en el mundo; en realidad no sé si existen otros países que cobran impuestos a la renta a quienes viven de un salario o de una pasividad…”

“Nº 14 - TOMO 366 - 20 Y 21 DE ABRIL DE 1995
REPUBLICA ORIENTAL DEL URUGUAY
DIARIO DE SESIONES DE LA CAMARA DE SENADORES
PRIMER PERIODO ORDINARIO DE LA XLIV LEGISLATURA
13ª SESION EXTRAORDINARIA
PRESIDE EL DOCTOR HUGO BATALLA Presidente
ACTUAN EN SECRETARIA EL SECRETARIO SEÑOR MARIO FARACHIO Y EL PROSECRETARIO SEÑOR GUILLERMO FACELLO



jueves, mayo 08, 2008

Nuestro enemigo, el trabajador exitoso


Por Daniel Ferrere para El Observador - Mayo 8 de 2008.

En la nota anterior al 1º de mayo dijimos que los sistemas de impuesto a la renta plantean tres problemas para los países en desarrollo. Primero, el impuesto a la renta desestimula el esfuerzo productivo, y algunos países en desarrollo tienen graves problemas de ese tipo. Segundo, lo que los países en desarrollo quieren es estimular las inversiones concediendo exoneraciones, como hicieron los desarrollados en su tiempo. Pero eso, en un sistema de renta universal que supone el intercambio de información, tiende a ser neutralizado por los países inversores. Y dijimos finalmente que si se trata de evitar este efecto gravando solo la renta local, se termina destruyendo la misma equidad que se quería obtener.

Hoy nos toca bajar a tierra. Veamos entonces lo que hemos hecho en Uruguay.

Nuestro país tiene un problema serio de inversión. La tasa de inversión de los uruguayos es la segunda mas baja de América Latina. Tenemos un grave problema de espíritu de empresa. ¿Cómo tratamos, entonces, a quienes se esfuerzan por mejorar y por ganar dinero? Le aplicamos un impuesto a la renta personal. Y lo hacemos de forma de no dejar dudas sobre lo que pretendemos. Cuánto gana usted, ¿US$ 2.000 por mes? ¿Y cuánto puede ahorrar, 10%? Allí tiene usted su tasa. ¿Y si gana más, y puede llegar a ahorrar 25%? Otra vez, esa será su tasa. No vaya a ser cosa que uno pueda guardar algo, y dejar de ser dependiente.

Pero hay más. Se aplicó el impuesto de un solo golpe, sin anestesia. Ningún país aplica un impuesto del orden del 25% de un solo golpe. La economía arbitra todo, y los precios al final se acomodan. Pero si se va de cero a 25 en un instante, no hay posibilidad de adaptarse. Hacer eso de un solo golpe es un mensaje, además de un gravamen.

El régimen del impuesto, además, complementa el mensaje. Porque el trabajador aspirante a empresario no puede deducir nada. Si logra ahorrar algo y lo invierte, no puede deducir esa inversión de sus impuestos. Si lo que arriesgó lo pierde, no puede deducir la pérdida. Si pierde un año y al siguiente gana, no deduce la pérdida del primer año, pero paga por la ganancia del segundo. Cuanto más difícil dejar de ser asalariado, mejor.

En todos los sistemas de impuesto a la renta, además, a las personas se les permite deducir ciertos gastos a largo plazo que hacen bien a la sociedad. Normalmente se puede deducir la financiación de una vivienda, o los gastos de educación de los hijos. Acá, por supuesto, eso no se puede.

El mensaje a nuestro esforzado trabajador no termina allí. Cuando se propuso imponer el IRPF se dijo una y otra vez que el propósito no era fiscalista, y que si la recaudación subía se rebajarían otros impuestos. Pero desde 2004 a 2007 la recaudación subió 26% en pesos constantes, y de rebajas ni hablar. Claro que el IVA bajó 1%, pero el IRPF subió 25%. También se dijo que se iba a eliminar el Impuesto al Patrimonio. Pero ahora nos enteramos que se va a eliminar en el año 2025. Eso también es un mensaje a nuestro trabajador exitoso. Porque IRPF e IPAT gravan dos veces la misma cosa. Cuando uno gana dinero, paga el IRPF sobre lo que gana. Y si no lo gasta todo y lo invierte en una casa, en un auto, o el depósitos bancarios, eso se transforma en patrimonio, que enseguida es gravado de nuevo, a tasas que llegan al 2,75% anual. Y aún a una tasa más normal, del 1,5%, eso supone un gravamen adicional del entorno del 25% sobre una renta del 5%. Si usted ahorra, paga dos veces.

Y la cosa sigue. Nuestro trabajador exitoso puede llegar a vivir en la zona costera. A ese, entonces, hay que revaluarle la Contribución Inmobiliaria, y aplicarle tasas progresivas, una especie de IRPF adicional a los dueños de ciertos inmuebles. Un IRPF al cubo, en realidad, porque el IRPF al cuadrado sería el IPAT.

Nuestro contribuyente, además, puede afiliarse a una mutualista privada a una tarifa privada normal. Pero como gana más que lo que necesita para subsistir se le aplica un aporte al FONASA de hasta el 6%, muchas veces superior a lo que pagaba antes a la misma mutualista, que viene a ser un IRPF a la cuarta.

Lo que queremos enfatizar con todo esto, es que no solo la tasa o la recaudación lo que importa. Algunos de mis colegas la han calculado, y es mayor que la de muchos países desarrollados. Pero tan importante como lo anterior es el mensaje: “Señor trabajador exitoso, a usted no lo queremos ni apreciamos. Y se lo hacemos saber acumulando impuesto sobre impuesto, de modo que no le sobre nada”. Los trabajadores exitosos reciben el mensaje. Y emigran.

Pero ¿no debería nuestro pobre trabajador ser más solidario, y aceptar esta situación como un sacrificio necesario para un país más equitativo? Veamos, entonces, como lo tratamos en materia de equidad. Nuestro trabajador paga mucho porque trabaja mucho. Pero si hubiera heredado propiedades y viviera de rentas, pagaría la mitad que lo que paga el que trabajara. Y si hubiera colocado el dinero a interés en pesos, pagaría mucho menos, el 3 % anual. Y si hubiera colocado la plata en Letras de Tesorería en UI, ganaría sin trabajar y no pagaría nada. Ningún impuesto. ¿Alguien se anima a sostener que esto tiene algo que ver con la equidad?

Si comparamos lo anterior con el análisis teórico que hicimos en la última nota, vemos la razón fundamental de nuestra oposición. El IRPF tiene todo lo malo del impuesto a la renta, y nada de lo bueno. Logra desestimular el espíritu de empresa, estimular la emigración, y ser profundamente inequitativo, todo al mismo tiempo.

Nadie puede dudar acerca de nuestra opinión. Pero como criticar es más fácil que proponer, y vale mucho menos, la semana que viene trataremos de explicar por qué un sistema que reduzca significativamente el rol del IRPF, y se apoye más en otros impuestos, resultaría mucho mejor para el Uruguay.

miércoles, mayo 07, 2008

Libertad y Democracia - conceptos diferentes

¿Son la libertad y la democracia sinónimos o antónimos? ¿O son más bien como conceptos independientes que pueden ir de la mano como amigos pero que otras veces son enemigos a muerte? La respuesta a estas interrogantes depende de la claridad de los conceptos que tengamos sobre libertad y democracia.

El primer punto es que la libertad del ser humano es un derecho natural. "Todo ser humano nace libre…." dice el primer artículo de la declaración universal de los derechos humanos. Es decir, la libertad es anterior a la creación de cualquier Estado y el ser humano es libre por naturaleza y no por decisión o voluntad del gobierno, del legislador o de las mayorías. La mejor prueba de que el ser humano es libre es que, si no lo fuera, entonces sería esclavo -de alguien. En términos materiales, ser esclavo significa que la persona no pude disponer libremente de su propiedad libremente adquirida y por tanto el respeto a la propiedad privada y al ingreso honestamente adquirido son expresión de la libertad. Libertad y propiedad privada son distintas caras de la misma moneda. Por eso es que Marx en el Manifiesto Comunista expresa como objetivo último comunista la abolición de la propiedad privada, es decir, de la libertad.

Por otra parte, democracia significa el gobierno de las mayorías, la voluntad de las mayorías. Esto nace como reacción a las monarquías absolutas en donde el gobierno, y por ende la ley, era la voluntad del soberano. Como dijo Luis XIV: "El Estado soy yo". Sin embargo, la democracia, -el gobierno de la voluntad de las mayorías- implica por definición que ni la libertad individual, ni la propiedad privada, ni la libertad económica son valores o derechos naturales. En este sentido los gobiernos de Hugo Chávez, Evo Morales, Adolfo Hitler, Daniel Ortega, Rafael Correa no son violadores de la democracia sino productos naturales de ella. Ninguno ha entrado por la cocina sino por la puerta grande. El socialismo en la democracia no es usurpación de la libertad individual porque el gobierno de las mayorías no presupone necesariamente la defensa de la libertad individual.

Un corolario de la libertad individual es la libertad económica. Quien es dueño de su ingreso y propiedad honestamente adquirida es libre para comerciar, comprar, vender, alquilar, empeñar, asegurar, prestar, producir, importar, exportar, intercambiar, regalar, recibir, heredar sin restricción de ningún tipo (incluyendo permisos, cuotas, licencias o patentes) con cualquier otro ser humano sin importar nacionalidad o credo religioso. Creer en la libertad individual es demandar el derecho a la libertad económica y al libre comercio por razones morales y éticas.

Por otra parte, quien no cree en la libertad individual sino en la voluntad de las mayorías o en la democracia, somete el libre comercio a referendos o la voluntad del legislador que representa a las mayorías. Quien cree en la democracia, no debe ver objeción a los obstáculos al libre comercio creados por ley bajo la institucionalidad democrática. Creer en la democracia es creer en el derecho a oprimir a otro. Por el contrario, quien defiende la idea de que todo ser humano nace libre no cree ni en fronteras ni en aduanas.

Ya en 1960 en su libro "Constitution of Liberty" escrito por Hayek, quien fuera galardonado con el premio Nobel en Economía en 1974 escribió como la democracia ha fracasado en preservar la libertad individual. Si democracia es el derecho de las mayorías contra la libertad individual, entonces libertad y democracia son valores distintos que se contraponen. Pero no solo Hayek sino autores como Ortega y Gasset en su libro "España Invertebraba" (1921) y Peter Drucker en "The End of Economic Man: The origins of totalitarism" (1939) nos hablan desde mucho tiempo atrás sobre esta contradicción entre libertad y voluntad de las mayorías (democracia).

El ser humano debe defender la libertad individual y no tanto la democracia. En este punto debe quedar claro que hablar de democracia liberal es un absurdo. Tampoco tiene sentido discutir si lo mejor es una democracia presidencialista o una parlamentaria, ni discutir sobre los pesos o contrapesos ni la división de poderes en la democracia porque como dice Murray Rothbard en "For a New Liberty" (1976), es el mismo gobierno decidiendo sobre si mismo. Lo importante es defender la libertad individual frente al gobierno, a los empresarios y los sindicalistas. La democracia no es un valor, la libertad si lo es. Como decía Lord Acton: "La libertad no es un medio para un fin político superior. Es en sí mismo el fin político máximo".


José Joaquín Fernández
Economista costarricense. Director Ejecutivo del Instituto Libertad