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martes, febrero 21, 2006

La Columna de Magna-Alumni en TU (Tiempo Uruguayo)

Queremos felicitar al Sr. Ramiro Rodriguez Villamil por esta nueva iniciativa, de lanzar un diario gratuito en Urguguay, cuya finalidad es estimular la lectura, informarse rápido y no por ello en forma menos seria y profunda.
La Columna de Magna-Alumni procura ser un espacio donde aportar ideas, iniciativas y comentar las mejores prácticas gerenciales por parte de los propios actores.
A continuación, el texto de nuestra primera columna.
Dr. Guillermo Sicardi, MBA - Presidente


La Columna de MAGNA-Alumni


La Gerencia no es una actividad exclusiva de los Gerentes, es una actividad para los que hacen y para los que quieren hacer.

Bajo esta premisa, la Asociación de Postgraduados de la Universidad ORT tratará en este espacio diferentes temas vinculados a la empresa en su acepción más amplia, que es la siguiente “Intento o designio de hacer algo. Acción o tarea que entraña dificultad y cuya ejecución requiere decisión y esfuerzo” [1]

Una empresa no es solamente invertir capital, contratar empleados y vender productos o servicios. Acometer una empresa es concluir una carrera universitaria; es crear una familia, consolidarla y potenciar a sus miembros; es proyectar un futuro y construirlo con decisión y esfuerzo.

Compartiremos con los lectores de TU las experiencias y viviencias de nuestros colegas, procurando que esos relatos le ayuden a pensar en nuevas alternativas, que sea un disparador de ideas para sus propias iniciativas y un espacio donde conocer las mejores prácticas empresariales.

Los invitaremos a participar del Ciclo “Qué hacen los que HACEN”, justamente para aprender más de las personas que, a pesar de las difucultades y trabas de nuestro entorno, son capaces de emprender proyectos en beneficio propio y por ende, en beneficio de la comunidad.

También queremos entender a fondo el éxito que tiene Nueva Zelanda, país de similares características que el nuestro, pero que figura en el primer lugar del ranking “Removiendo Obstáculos al Crecimiento” [2], mientras que Uruguay ocupa un lamentable puesto 85, entre 155 naciones.

Si su hijo trae una calificación similar del colegio, seguramente le aconseje “estudiar con un amigo” que sea más aplicado e inteligente que él. Sin embargo al “alumno Uruguay” lo estamos haciendo estudiar con el “alumno Brasil” que figura en el lugar 119, con la “alumna Argentina” que está en el 77; o peor aún con la “alumna Venezuela” en su puesto 120.

Nosotros creemos que el “alumno Uruguay” debe reunirse mas seguido con la “alumna Nueva Zelanda” (la mejor de la clase), o con el “alumno Estados Unidos” (#3) o con el “alumno Chile” (#25), que además, es vecino del barrio.

Desde Magna-Alumni queremos elevar la mira y tratar sin tapujos los temas que han hecho prósperos a estos países, a las empresas que actúan en ellos, y sobre todo, han hecho prósperos a sus ciudadanos; económica e intelecutalmente prósperos.

Dr. Guillermo Sicardi, MBA
Presidente
MAGNA-Alumni
gsicardi@solution.com.uy



[1] Diccionario de la Real Academia Española ( http://buscon.rae.es/diccionario/drae.htm)

[2] www.doingbusiness.org

lunes, febrero 13, 2006

COFAC, Cronica de una muerte anunciada

COFAC: Crónica de una muerte anunciada

Lamentablemente, los uruguayos no aprendieron la lección que dejó la crisis financiera del 2002. La mayoría creyó que la “culpa” de tales sucesos la tuvo un grupo de empresarios inescrupulosos (los Peirano y los Rohm) y unos administradores públicos desidiosos para unos o corruptos para otros. Por lo tanto, si tenemos empresarios con escrúpulos y administradores honestos, ya estaríamos inmunes ante nuevas crisis.
Pero esto no fue, ni es así.

Hoy supuestamente tenemos administradores progresistas e intachables moralmente y cooperativistas bien intencionados en la gestión de la empresa, sin embargo COFAC cerrará definitivamente sus puertas.

El verdadero problema o el principal “culpable” de esta situación, no son dos o tres maleantes, sino que lo son los propios directivos, gerentes y empleados de COFAC, que con sus decisiones o indecisiones, llevaron a esta empresa a tal destino.

Estos directivos (que se arrogan el carácter de “legítimos representantes de la cooperativa elegidos democráticamente”, como si una elección les diera las habilidades gerenciales necesarias para administrar una entidad de tal porte) jamás se detuvieron a hacer un Plan Estratégico serio y realista, jamás evaluaron objetivamente a su personal ni se preocuparon por contratar a los mejores y despedir a los que no sirven; no fijaron metas y si lo hicieron, no tomaron ninguna medida con quienes no las alcanzaron. Tampoco redujeron la plantilla de 600 empleados, totalmente desproporcionada para los ratios de eficiencia que se le exigen a cualquier institución financiera.

Ahora el representante del Bandes (posible y cada vez más esquivo inversor) quiere despedir a la mitad de los funcionarios, pero que tal costo lo asuma el gobierno uruguayo; es decir, los uruguayos y las uruguayas que pagan impuestos, que nada reciben a cambio y nada recibieron nunca de COFAC, a diferencia de sus 600 empleados que recibieron sueldos, dobles aguinaldos, pocas horas laborales, meriendas copiosas y tantos otros beneficios inmerecidos e innecesarios.

Que no repita el Senador Jorge Gandini los mismos errores que cometió la izquierda cuando era oposición al apuntar al gobierno “con el objetivo de despejar las dudas sobre “la responsabilidad” que pudo haber tenido el gobierno en “la clausura de Cofac”, ya que desde marzo pasado “tuvo todas las herramientas para vigilar la situación”, según cita que recoge El Observador.

Que quede claro: los únicos responsables del descalabro de COFAC son sus directivos, sus gerentes, sus empleados y hasta sus ingenuos y confiados clientes. Sólo ellos deben asumir los costos de tan malograda gestión.